jueves, 1 de noviembre de 2012


Intercreatividad y Web 2.0.
La construcción de un cerebro digital planetario.
Por Cristóbal Cobo Romaní




A partir de los años ‘60 y ‘70 una comunidad de expertos en informática y sistemas de redes, autodenominados hackers, acordaron utilizar cooperativamente sus habilidades para descubrir nuevas posibilidades tecnológicas.
(Las comunidades hackers son un ejemplo de las prácticas de colectivización del saber, y el intercambio de experiencias, dinámicas fundamentales en la actual sociedad del conocimiento. En este contexto, agregar valor al intercambio de información ha pasado a ser un objetivo fundamental para el desarrollo y la expansión del conocimiento.)

Desde entonces, los hackers consolidaron un sistema basado en la inteligencia colectiva, que como explica Himanen (2002) se concibe como un modelo abierto centrado en el libre intercambio de conocimientos. Este sistema de colaboración permite que los demás prueben, utilicen y mejoren los desarrollos tecnológicos elaborados colectivamente por el resto de la comunidad. Quizás los ejemplos más evidentes de ello son Linux o la propia Internet.

En los años ’80 algunos fueron catalogados como criminales cibernéticos (también conocidos como crackers), producto del uso ilícito que hicieron con sus conocimientos en informática. Sin embargo, puede plantearse que la comunidad hacker se mueve bajo los principios de la creatividad, la libertad en la Red, el aprendizaje compartido y solidario con el resto de los miembros del colectivo, poniendo en común y de forma pública los descubrimientos realizados. Estos fundamentos fueron descritos por Himamen (2002) como la “ética hacker” o nética si se remite a la Red (Pose, 2002). Las comunidades hackers son un ejemplo de las prácticas de colectivización del saber y de intercambio de experiencias, dinámicas fundamentales en la actual sociedad del conocimiento. La era actual está centrada, entre otros aspectos, en bienes intangibles como la educación, la formación de capacidades-habilidades-talentos, el uso inteligente de la información, y la ecuación I+D+I (es decir, investigación más desarrollo más innovación).
En este contexto, agregar valor al intercambio de información ha pasado a ser un objetivo fundamental para el desarrollo y la expansión del conocimiento. (pag 44)


Autores y conceptos desarrollados en torno a la idea del conocimiento abierto

Berners-Lee - Intercreatividad : interactividad más creatividad
La intercreatividad es el proceso de hacer cosas o resolver problemas juntos”.
Este concepto no sólo refuerza la capacidad de transferir datos, sino que va mucho más allá, asignando un valor estratégico al proceso social de intercambio y a la construcción colectiva del saber. Fue este mismo fundamento el que impulsó a Berners- Lee a crear la WWW.
Este principio es fundamental para el espíritu de colaboración abierta de las comunidades hackers. Es decir, la intercreatividad sustenta sus bases en la firme convicción que tras esta metodología de intercambio creativo es posible alcanzar un grado de conocimiento cooperativo que beneficia y enriquece a todos los que participan de esta interacción.

Inteligencia Colectiva: Pierre Lévy
La inteligencia colectiva puede entenderse como la capacidad que tiene un grupo de personas de colaborar para decidir sobre su propio futuro, así como la posibilidad de alcanzar colectivamente sus metas en un contexto de alta complejidad.
Este intelecto colectivo, explica Lévy, es una especie de sociedad anónima a la que cada accionario aporta como capital su conocimiento, sus conversaciones, su capacidad de aprender y enseñar Esta suma de inteligencias no se somete ni se limita a las inteligencias individuales, sino por el contrario, las exalta, las hace fructificar y les abre nuevas potencias, creando una especie de cerebro compartido.
Desde un punto de vista teórico, la inteligencia colectiva parte del principio de que cada persona sabe sobre algo, por tanto nadie tiene el conocimiento absoluto. Es por ello, que resulta fundamental la inclusión y participación de los conocimientos de todos. Desde esta perspectiva, el ciberespacio por sus propiedades (entorno de coordinación sin jerarquías que favorece la sinergia de inteligencias) es el ambiente perfecto para reconocer y movilizar las habilidades-experiencias-competencias de todas las personas (Lévy, 1997).

Multitudes Inteligentes: Rheingold
La comunidad virtual es algo parecido a un ecosistema de subculturas y grupos espontáneamente constituidos. Bajo esta idea un nuevo tipo de red social se está extendiendo en los últimos tiempos dentro del espacio cibernético al que todo el mundo puede acceder usando su teléfono, computadora u otros dispositivos móviles.
Johnson: inteligencia emergente: es decir, una habilidad para almacenar y recuperar información, de reconocer y responder a los patrones del comportamiento humano
Rheingold analiza el caso de los Flash Mobs, es decir, aquel fenómeno social en que agrupaciones de personas organizadas a través de dispositivos digitales se manifiestan colectivamente de manera presencial, lo que se conoce también como movilizaciones instantáneas.
Rheingold postula que la convergencia de tecnologías tiene profundas repercusiones de carácter social porque las personas utilizan herramientas que les permiten adoptar nuevos formatos de interacción, coordinación y cooperación.
Finalmente, señala que estas nuevas formas de interacción posibilitadas por las tecnologías favorecen el intercambio de conocimiento colectivo y la construcción de un capital social, que se genera cuando se comparten las redes sociales, la confianza, la reciprocidad, las normas y valores para promover la colaboración y la cooperación entre las personas (Rheingold, 2005).

Surowiecki : Cien mejor que uno. Sabiduría de las multitudes
El autor explica que la suma de decisiones colectivas de muchas personas resulta más acertada que las decisiones individuales que pueda tomar un solo miembro del grupo.
Diversidad e independencia, por ejemplo, son necesarias para que un grupo sea inteligente.
Su trabajo propone cuatro condiciones fundamentales para alcanzar la suma de inteligencias:
1. Diversidad de opiniones entre los individuos que conforman el grupo.
2. Independencia de criterio.
3. Cierto grado de descentralización, que permita la existencia de subgrupos dentro del colectivo.
4. Existencia de algún mecanismo de inclusión de los juicios individuales en una decisión colectiva.
Surowiecki –al igual que otros autores– postula que las decisiones tomadas gracias a la conformación de una sabiduría colectiva pueden ser más inteligentes que las de los mismos expertos.

 O'Reilly  Arquitectura de la participación: red de colaboración entre individuos, la estructura reticular que soporta la Web se potencia en la medida que más personas las utilizan. Esta arquitectura se construye alrededor de las personas y no de las tecnologías.
La estructura tecnológica se expande de manera conjunta con las interacciones sociales de los sujetos que utilizan Internet. Bajo esta idea, cada vez que una persona crea un nuevo enlace la Red se complejiza y, por tanto, se enriquece. La idea de una arquitectura de la participación se basa en el principio de que las nuevas tecnologías potencian el intercambio y la colaboración entre los usuarios.
El autor explica que una de las cualidades de la Web 2.0 es que provee de innumerables instrumentos de cooperación, que no sólo aceleran las interacciones sociales entre personas que se encuentran separadas por las dimensiones del tiempo y/o el espacio, sino que además su estructura reticular promueve la gestación de espacios abiertos a la colaboración
y la inteligencia colectiva gracias a que muchos interactúan con muchos.
Esta arquitectura de la participación, sobre la que se construye la Web 2.0, brinda nuevas herramientas de empowerment y, al mismo tiempo, de democratización en cuanto al intercambio del conocimiento. A fin de cuentas, todo este universo de desarrollos y avances tecnológicos tiene como pilar fundamental la valoración del usuario como pieza clave en el puzzle de la evolución tecnológica.

O'Reilly señala que tras esta arquitectura de participación hay una ética de cooperación implícita, donde la Web actúa sobre todo como intermediario inteligente, conectando los extremos entre sí y aprovechando las posibilidades que ofrecen los propios usuarios.
En esta misma línea, Prensky10 en su trabajo The emerging online life of the digital native (2004)11, propone una taxonomía conceptual entre las dos grandes tipologías de usuarios de las nuevas tecnologías: los nativos digitales y los inmigrantes digitales.

Tres ideas alrededor de la intercreatividad:
Creative Commons, Folksonomía y Colaboratorios.

Creative Commons es una organización no gubernamental, sin ánimo de lucro, fundada y presidida por Lawrence Lessig, profesor de derecho en la Universidad de Stanford y especialista en ciberderechos.
La idea principal de esta iniciativa es reducir las barreras legales de la creatividad y, a su vez, posibilitar un modelo legal, ayudado de herramientas informáticas para así facilitar la distribución y el uso de contenidos para el dominio público.
Éste es un proyecto sustentado en el ethos de la interactividad creativa y en donde se promueve compartir la creación individual o colectiva. La idea subyacente dirigida a facilitar estos procesos de licenciamiento es poder quebrar los rígidos términos del Copyright con el fin de facilitar la distribución y uso de contenidos dentro del dominio público.

Folksonomía : taxonomía social u organización de la información de manera colectiva y colaborativa. (sistemas de clasificación colectiva).
Se aparta de las estructuras jerarquizadas para aproximarse a una organización basada en la colaboración de las personas que cooperan a través de ordenar/clasificar la información por medio de etiquetas o tags. Debido
a que las categorías son creadas y administradas libremente por las personas que usan los sistemas, no obedece a una lógica jerárquica sino a las decisiones de etiquetado de los propios usuarios (Camus, 2006).(pag. 51)

La experiencia actual en el uso de folksonomías presente en sitios como Flickr, del.icio.us, Technorati, Amazon o El Mundo
Esta manera orgánica y democrática de clasificar la información que circula por Internet se basa en una arquitectura social construida sobre el principio de cómo ponerse de acuerdo al sumar la colaboración de todos bajo un mismo objetivo: aprovechar el conocimiento de los demás.

Colaboratorio (Matsuura).
Colaboratorio es el tercer ejemplo de colectivización y distribución del conocimiento.
Este concepto se popularizó gracias a Koichiro Matsuura ex director General de la UNESCO, al momento de presentar el Informe mundial:Hacia las sociedades del conocimiento de este organismo23 (Bindé, 2005).

Colaboratorio surge en la integración de las palabras colaboración y laboratorio. Es un ‘centro sin paredes’, un punto de encuentro abierto a académicos, investigadores, estudiantes y público en general interesado en la conformación de espacios de aprendizaje en red, flexibles y participativos. Un colaboratorio permite a los científicos trabajar juntos en un mismo proyecto, aunque se hallen muy lejos unos de otros. El mejor ejemplo de un colaboratorio es un repositorio.
El fundamento central de un colaboratorio es que cualquiera que esté interesado puede aportar sus conocimientos, experiencia o puntos de vista,
La posibilidad de dar o recibir datos, información y conocimiento es permanente, a cualquier hora y desde cualquier lugar que exista conexión a la Red.
El principio fundamental del colaboratorio es comprender la “regla de la reciprocidad” en la que se puede utilizar cuantas veces se quiera la información de otra persona, siempre que se haga referencia al autor original.

Ejemplos de prácticas colaborativas.

Blogs , wikis, Linux, SETI@HOME Myspace, Youtube, Digg y Wikipedia
Sitios web de las enciclopedias Wikipedia, Britannica y el periódico NYTimes

Prensky concluye que mientras para los padres y educadores (generalmente inmigrantes digitales) el “conocimiento es el poder", en el emergente mundo liderado por los nativos digitales “el poder está en compartir el conocimiento".




martes, 11 de septiembre de 2012



Estimada compañera:
Te escribo esta carta para contarte acerca de mi participación como ciudadana.
Para comenzar se me ocurre hablar sobre la participación en el sistema educativo a lo largo de mi vida.
Recuerdo que en una ocasión en el año 1976 yo estaba en quinto grado, la maestra nos pidió que escribiéramos los nombres de los reyes magos. Un compañero no escribió Melchor, Gaspar y Baltasar como era esperado. Al día siguiente nuestro compañero no asistió más a  la escuela. Todos nos preguntamos: ¿Por qué? La respuesta fue que “porque era de otra religión.”
Pues bien, te cuento que yo asistí a la Escuela Nacional Belgrano de la Provincia de San Miguel de Tucumán, y que al plantear el interrogante acerca de la ausencia de nuestro compañero, se vivió en esos días un clima de silencio y miedo.  Por lo que la respuesta fue “es testigo de Jehová” como si esa respuesta lo dijera todo. Nadie volvió a preguntar ni a hablar del tema en la escuela.
Otra situación que viví durante mi educación primaria, pero esta vez fuera de la escuela, aunque la relaciono ya que el hecho que te voy a describir ocurrió unos minutos antes de salir para la escuela.  Alrededor de las 13 horas en mi casa, cuando estaba a punto de partir hacia la escuela,  me dijeron que no saliera, que no podía, que tenía que esperar. Alguien de mi casa corrió a cerrar la persiana y entre los integrantes de mi casa se vivió un clima de miedo, de apuros, algo que yo no entendía. Pregunté ¿Por qué?  “Hay orden de cerrar todas las puertas y ventanas, no hay que acercarse a la salida” El suceso duró unos minutos, no recuerdo bien cuántos. Cuando pudimos abrir  las puertas para salir, otra vez pregunté ¿Qué pasó? Y la respuesta fue “Se llevaron a los vecinos de enfrente” ¿Quién se los llevó? “Los militares”  ¿Por qué? “Porque son subversivos y no preguntes más”.
Te cuento que la familia de enfrente, estaba compuesta por  una pareja adulta mayor, su hijo con la esposa  que en ese momento estaba embarazada. No sé qué tiempo de gestación, pero ya tenía la “panza” grande.  Nunca más supe de ellos y en mi casa ni en el barrio se habló más del tema.
Como podrás observar, estimada compañera, mi manera de participar fue el silencio ya que cada vez que preguntaba, recibía por respuesta: “no preguntes más”.
Durante mi educación secundaria, esto sucedió entre los años 1986 y 1988 en el CENS Nº 8 en Capital Federal, ya en una etapa de nuestro país en la que habíamos recuperado la democracia hacía unos años.  Pues, en la secundaria “descubrí” que tenemos una Constitución. En la escuela no había Centro de estudiantes.
Recuerdo que en las clases de historia, solía cuestionar  la historia producto de mi lectura y análisis; hasta que un día el profesor me dijo en tono firme y serio “Antonia vos sos una subversiva”. Quisiera que comprendieras lo que la palabra “subversión” significaba para mí!
A partir de entonces comprendí una vez más, que la forma correcta de participar era “el silencio”.
Muchos años más tarde, ingresé a la Universidad Nacional de Luján, donde conocí otras formas de participar. Participé y participo de distintas maneras en mi formación, en la sociedad, en mi familia.
Esta vez ya no en silencio.